La comisaría de la localidad tuvo a lo largo de la vida del pueblo varios domicilios. El primero de ellos fue en la esquina de la Av. 9 de Julio y la actual calle Eliseo Mañay.
Posteriormente se trasladó a este lugar, donde funcionó durante muchos años.
Pero anteriormente a ese uso, esta vieja edificación fue la vivienda de la familia Lahusen, quien tenía aquí una barraca, la más importante de las cuatro que funcionaron en La Colina, cuando llegó el ferrocarril.
Si bien la barraca fue demolida, quedando en pie solo la casa de familia, después comisaría, durante mucho tiempo quedaron en el patio los piletones donde se lavaba la lana para ser preparada para la exportación (durante buena parte del siglo XX la producción de lana de oveja estuvo en auge, a la par de los cueros de vaca).
El edificio de la comisaría contaba con varias dependencias, entre ellas, recepción, administración y calabozo.
Este pintoresco edificio conserva actualmente la base del mástil donde se erigía el pabellón nacional.
Hoy el Puesto de Vigilancia Policial se encuentra sobre calle Eliseo Mañay, entre el Correo y la Sala Velatoria.